ESCLAVOS DE LA VOCACIÓN

Hoy siento pena y me da vergüenza. Hoy habéis cruzado la línea. Hoy habéis decidido que se prorrogan los contratos de todos los residentes, de todas las especialidades, de todos los años. Habéis elegido seguir pagando como residente a mis compañeros que ya no lo son. A residentes que llevan cuatro o cinco años dando el callo. Dejándose la piel. Hoy habéis ninguneado a vuestros especialistas.

Somos los primeros que entendemos que esto es un estado de alarma. Lo vemos cada día. Y queremos ayudar. Joder, claro que queremos. Vamos a donde haga falta. El tiempo que haga falta. Ya no vamos a trabajar. Vamos a la guerra. Sin armadura. Parecemos valientes, pero en realidad somos temerarios. «Kamikazes» según el New York Times. No por nuestras propias decisiones, sino por vuestras malas gestiones. Pero aún así estamos. Incondicionales. Expuestos.

Y hoy esta es vuestra recompensa.

Me río. Pero por no llorar.

Vuelvo atrás y pienso por qué escogí ser médico. Y sólo tengo una palabra. Y cada día la tengo clara: por vocación. Porque quería ayudar a la gente. Pero a veces hacéis que se nos olvide por qué estamos aquí. Por qué escogimos la profesión más bonita del mundo. Nos hacéis sentirnos impotentes. No estiráis hasta rompernos. Y no. No lo vamos a consentir.

Escogimos ser médicos. Sí. Muchas veces a costa de nuestra propia salud. De turnos de 30 horas. De pocas horas de sueño y muchas de estudio. Todo por la ciencia. ¿No? A veces uno hasta acaba creyendo que eso es simplemente la letra pequeña de la medicina que nunca le contaron. La otra cara de la moneda. Una parte inseparable de nuestra pasión. Pero ¿cuándo aceptamos que eso era simplemente parte de la profesión?

Escogimos ser médicos. Sí. Y lo escogemos cada día. También cuando vamos a trabajar sin protección porque no hay suficiente. Cuando nos doblan los turnos. Cuando no libramos guardias y trabajamos horas extra sin cobrarlas. Cuando ponemos un yeso a un paciente con sospecha de Covid sin bata. Cuando hacemos un fondo de ojo a un paciente a 30 cm de su boca con una mascarilla de papel. Cuando vemos a pacientes con síntomas respiratorios sin EPIs, porque no hay para todos. Cuando nuestro compañero da positivo y a nosotros NO nos hacen la prueba.

Escogimos ser médicos. Pero no.

Hoy digo no. Así, no. Nuestra vocación no es vuestra carta blanca. No somos vuestros héroes. No somos eternamente vuestros residentes. Somos un pilar fundamental de la asistencia sanitaria y no. No vamos a dejaros que nos esclavicéis la vocación.

Un pensamiento en “ESCLAVOS DE LA VOCACIÓN

  1. Yo soy enfermera desde hace 40 años, estoy orgullosa de serlo y siempre lo he estado y lo volvería a ser mil veces más, pero cuando leo cosas como estás se me cae la cara de vergüenza de nuestros propios dirigentes de nuestros gerentes y de nuestros políticos es vergonzoso

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.