Dicen que la vida es complicada. Que te lleva a donde nunca querías haberte dirigido. Que te confunde, que te castiga. Dicen, que la vida nos ahoga, que es injusta, que enferma a personas maravillosas, que deja en libertad a las personas que no lo merecen.
Pero lo cierto es que la vida no es tan mala. La vida es, no sé… IMPRESIONANTE. Nos muestra cosas que jamás habíamos imaginado. Nos conmueve, nos hace ser mejores personas. Nos enseña de nuestros errores. Nos da tantas cosas para disfrutar que sería imposible escribirlas dándole a cada una la importancia que merece.
Es cierto que en innumerables ocasiones nos apalea, nos arrastra a situaciones que no desearíamos ni a nuestros enemigos. Pero esos momentos, nos hacen desearla aún más. Porque, después de superar un duro golpe, la vida parece mucho más fácil. Los problemas se relativizan, se aprende a valorar lo realmente importante.
La vida es muy sabia. Y no penséis que lo digo porque mi vida es fácil, porque no tenga problemas, porque nunca haya sentido dolor. Simplemente, me han pasado cosas suficientes -buenas, malas y terribles- en la vida para creer con certeza que todo pasa por alguna razón.
El dolor no hace a la vida menos maravillosa. Sólo hace resplandecer los momentos que verdaderamente merecen la pena. Si no lo ves ahora tranquilo, porque tarde o temprano, algún día lo sabrás.